Elizam Escobar: el secreto entre nosotros

por Antonio Martorell

Ayer fueron incinerados los restos del artista, escritor y exprisionero político puertorriqueño Elizam Escobar, quien falleció el pasado 15 de enero, a los 72 años, víctima de un cáncer. Combatiente por la independencia de Puerto Rico, Escobar fue encarcelado en 1980 luego de ser acusado de conspiración sediciosa y sentenciado a 68 años de prisión en Estados Unidos. Fue liberado en 1999 y desde entonces trabajó como profesor de arte y realizó varias exposiciones. Es autor de libro Anti-Diario de Prisión. Publicamos el homenaje que le rindiera el también artista y escritor boricua Antonio Martorell.

El pintor, poeta, ensayista y prisionero político por casi veinte años Elizam Escobar no cesa de escarbar con su obra nuestra conciencia nacional escombrando siglos de encubrimiento hasta revelar el sepultado pentimento de una pintura inacabada, promesas traicionadas y pandemia moral.

Las máscaras que abundan en su legado pictórico y en la críptica sintaxis de sus escritos anticipan el virus que amenaza coronar nuestros días y eternizar la noche. Maestro de la subversión tan política como estética, Elizam desenmascara enmascarando el carnaval colonial. El travieso vejigante ponceño de su ciudad natal baila con la gallina ciega del Goya aragonés en embriagante ronda de abrazador tanteo.

Peregrino prisionero en cárceles de máxima seguridad y mínima justicia, el maestro Escobar elaboró con sus manos libertades sin límites en lienzos, papeles, envoltorios, aparentes desperdicios y efímeros manifiestos. Pintó en la oscuridad, la luz y desde la estrecha celda gestó obras monumentales. Si resultan alucinantes muchas de sus creaciones es porque era éste el único modo de adivinar la realidad en el misterio, la verdad en el cautiverio.

El sueño de la razón produce monstruos, reza el epígrafe goyesco. Nuestro boricua, al pintarse infante difunto inspirado en Oller y velado por Goya, Gauguin, Diego, Frida y Carlos Raquel, tiene bien heredado y sabido que el despertar no aguarda la resurrección, que el arte es vida, la verdad belleza, la creación libertad.

Ahora que la muerte cerró sus ojos, su visión abre caminos que la razón no conoce, su reveladora línea en imágenes y palabras trazan un sendero, no por accidentado, menos emancipador. Lo que nos dice Elizam nunca es alarido estridente sino susurro apenas inteligible, secreto entre nosotros, íntima adivinación.

¿Cómo no ser conspirativa la revelación si atenta contra la injusticia y el vasallaje? El arte de Elizam le sobrevive deslizándose como creció: entre rejas y redes, verdades pescadas al vuelo de la imaginación, armadas almas que al amor se deben.

Taller La Playa de Ponce
18 de enero de 2021

Tomado de www.elnuevodia.com

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