
Por Silvia Llanes
Es un privilegio poder poner en línea Visto en la Casa de las Américas, de Adelaida de Juan, autora de imprescindibles textos dedicados a la crítica de arte que han acompañado la formación de varias generaciones de curadores, historiadores y críticos. Este hecho nos ha dado la fortuna de ser sus lectores –para muchos la de haber sido, además, sus alumnos–, lo que impulsa mi memoria a recuperar experiencias personales, recuerdos de su magisterio, mezclados por la evocación que me ha provocado la relectura de las reseñas que conforman este volumen.
Adelaida de Juan se ha consolidado, por más de cinco décadas, como una autora para el estudio del arte cubano y latinoamericano, inolvidable en textos como Pintura cubana. Temas y variaciones; Pintura y grabado coloniales cubanos: contribución a su estudio; Caricatura de la República; José Martí: imagen, crítica y mercado de arte; Del silencio al grito. Mujeres en las artes plásticas; Abriendo ventanas; En la Galería Latinoamericana, entre otros. Visto en la Casa de las Américas es una publicación perteneciente a la serie Galería de la colección Nuestros Países, del Fondo Editorial Casa de las Américas. Como apunta su autora en la nota introductoria, constituye una edición ampliada de En la Galería Latinoamericana (1979), pues ambos textos ofrecen el excepcional punto de vista de quien ha estado vinculada por años a esta Casa y ha sido partícipe y protagonista de una época y del espíritu creativo de nuestro Continente.

El libro se erige como un homenaje a la plástica en Latinoamérica, con discursos fundamentales para comprender las especificidades de las artes visuales de la región, a través de la perspectiva de los creadores, de los lenguajes y diversas manifestaciones del arte latinoamericano. De Juan ha compartido, con minuciosa fidelidad y conciencia de la historia, la formación de la Colección Arte de Nuestra América Haydee Santamaría, resultado de la relación y amistad de la Casa con los creadores de la América Latina y el Caribe, revitalizando así el valor de estas producciones artísticas y amplificando su difusión.
Organizado en tres partes –a las cuales se añade una «Galería de imágenes»–, el libro está conformado por varios textos referidos a exposiciones realizadas en diferentes espacios de la Casa de las Américas entre 1965 y 2016, incluyendo además la reseña de los libros Historia del diseño en América Latina y el Caribe. Industrialización y comunicación visual para la autonomía, y Muralismo mexicano, 1920-1940; al tiempo que concede una especial atención a los años temáticos celebrados en la institución.

La primera parte ofrece una mirada a la historia de la Casa a través de importantes exposiciones y eventos de carácter colectivo, salvo el texto «“Yo no pinto, muerdo”: Matta», dedicado al artista chileno Roberto Matta, quien llegara a la institución tempranamente, en 1963. Las reseñas de exposiciones colectivas dejan memoria de importantes sucesos acaecidos en la Galería Latinoamericana, la Galería Haydee Santamaría y otros espacios expositivos de la institución; al tiempo que permiten valorar la solidez de una colección, conformada por donaciones de artistas e instituciones, que muestra la permanencia de las relaciones solidarias entre Cuba y los artistas del Continente.
La visión abarcadora de Adelaida de Juan recorre las diversas manifestaciones de las artes visuales, desde la pintura, el grabado, la fotografía, el dibujo, la caricatura; e introduce a los lectores en los eventos que conformaron la historia visual de la Casa de Las Américas. En este punto resulta imperioso citar «Tres años de la Exposición de La Habana», que recoge sus remembranzas de los concursos de grabado que organizó la institución entre los años 1965 y 1971, y que trajeron a la capital cubana las estampas de grabadores de la talla de Seguí, Onofrio, Gamarra, Piza, Fontecilla, Bresciano, Frasconi o Leonilda González, los que expusieron sus obras en diálogo con lo mejor del grabado cubano de estas décadas: Contino, Vidal, Canet, Zarza, entre otros.
La lectura de este primer apartado permite explorar una representativa muestra de las producciones artísticas de diversos países: México, Argentina, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Brasil, Uruguay, Cuba, Chile, Perú, Jamaica, Haití, Puerto Rico, Panamá, República Dominicana, moviéndose en lo que podríamos considerar los dos ejes fundamentales –aunque no exclusivos– de la colección de la Casa: la abstracción (óptica y cinética, pero con excelentes ejemplos de abstracción expresionista) y la Nueva Figuración, distinguidos específicamente en los textos «En Casa, del arte óptico al cinético» y «Nueva Figuración en la Casa». Dichos artículos se refieren específicamente a dos de los años temáticos organizados por la institución entre 2006 y 2016: el Año Cinético (2009) y el Año de la Nueva Figuración (2012). Su valoración del Año del Dibujo (2015-2016) queda expuesta en otros dos que cierran el primer grupo de reseñas: «Año del Dibujo» y «La Casa, el dibujo y Quino».

Es admirable el aporte de su visión crítica sobre estas megaexposiciones que permiten entrecruzar ambos momentos de la configuración de la colección con una perspectiva actualizada del conjunto de artistas y obras que la conforman. Por otra parte, en el segundo bloque amplía el mosaico de manifestaciones artísticas: a la pintura, el dibujo, el grabado y la fotografía, añade la escultura (véanse especialmente los textos «El huevo, el blanco, Krasno» y «Negret: del espacio como forma») y ofrece también la excelente lectura de la obra de Martha Le Parc, motivación para discurrir sobre las relaciones entre arte, artesanía y diseño, desplegadas en el texto «Las creaciones de Martha Le Parc», que apareciera en el número 271 de la revista Casa de las Américas, correspondiente a abril-junio de 2013, y donde comentara las exposiciones de esta artista que tuvieron lugar paralelamente en la Galería Mariano de la Casa y en el Centro Hispanoamericano de Cultura, bajo el título «Martha Le Parc: ¿artista o artesana? Homenaje al pueblo de Cuba».
El tercer bloque incluye el diseño gracias a la reseña «La América Latina, el Caribe y su diseño» del ya citado libro Historia del diseño en América Latina y el Caribe… y la expresión de lo que posiblemente sea uno de los acápites más difundidos de la historia del arte de Latinoamérica: la pintura mural, en este caso a través de su visión particular de esta expresión pictórica en México, valiéndose pare ello del recurso de reseñar el volumen Muralismo mexicano, 1920-1940. Entre otros aspectos a destacar, es necesario subrayar la permanencia y actualidad de estos textos: personalmente he regresado con especial atención a «África en la plástica caribeña», «El Caribe en la plástica: 1920-1980» y «Grabados en la Casa».
Esta edición ampliada ofrece la posibilidad de esas revisitaciones y puntualiza algunos de los intereses de la institución que estimula e impulsa los estudios especializados de arte y cultura caribeños, y la presencia de África y los afrodescendientes en el Continente. En relación al trabajo de edición, reordenamiento de los textos y fotografía de portada, se agradece el cuidado de los detalles, el adecuado diseño que permite una lectura fluida y fácil, y la posibilidad de la referencia visual. También el equipo de edición, diagramación, diseño y fotografía asumió este libro como un merecido homenaje a su autora.
Finalmente quisiera darle las gracias a Adelaida de Juan por permitirnos acceder a este conjunto de memorias. Este agradecimiento será dado con las palabras de un artista, de un amigo –Roberto Matta–, quien regresa hoy a la Casa de las Américas de su mano, a ofrecer «el sol para quien sabe reunir».

Esta reseña sobre el libro de Adelaida de Juan: Visto en la Casa de las Américas (La Habana, Fondo Editorial Casa de las Américas, 2016), apareció por vez primera en la revista Casa de las Américas No. 290 enero-marzo/2018 pp. 150-152.