A Adelaida de Juan, una investigadora referencial

Palabras de la Doctora en Ciencias Luz Merino Acosta, profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, en homenaje a los 90 años del natalicio de Adelaida de Juan, pronunciadas en el espacio Café Arteamérica de la Casa de las Américas.

Buenos tardes:

Agradezco a los organizadores la invitación a este evento y en particular para recordar a la Dra. de Juan, mi tutora de tesis.

Desearía compartir con Uds. uno de los aspectos del saber de la Dra. que a mi juicio ha sentado pautas y ha convertido algunas de sus obras en textos de referencias.

Mi relato propone un acercamiento a la Dra. como investigadora, aún considero que debió de habérsele otorgado el Premio Nacional de Investigaciones culturales pues en términos de indagaciones también abrió ventanas y siempre en el ámbito de la cultura.

A pesar de que para algunos ha sido más una maestra, profesora, docente, ella no concebía la docencia sin la investigación, era un importante nutriente y más cuando de arte cubano se trataba era imprescindible.

Es indiscutible la difusión y legitimación que se le concede a las investigaciones realizadas por Adelaida sobre el cartel cubano, se le otorga el mérito de haberlo convertido y apreciado como arte, además de su función comunicativa. Es cierto, abrió un camino que después otros han continuado desde la praxis y la teoría, lo que me asegura la noción de que la Dra. abrió ventanas, sentó bases para que otros tomaran el batón que ella primero enarboló. Y eso también es hacer ciencia, eso que hoy denominamos fortuna crítica y que se ha conformado, a partir de las indagaciones de la Dra. Adelaida de Juan.

Pero quisiera referirme a una dirección investigativa también abierta por la ella cuyos seguidores académicos, no todos son conocidos, no se divulgan, no se publicitan mucho, una práctica más difundida que estudiada monográficamente, me refiero a los estudios sobre la caricatura cubana.

Recordemos que cuando Adelaida, fue invitada a participar en el grupo de investigación de la Facultad de Humanidades allá en los años sesenta, colectivo que estudiaba el primer momento republicano, un importantísimo horizonte de la historia de Cuba, no entendieron por qué la Dra. proponía el estudio de la caricatura y no el de la pintura.  Ante su insistencia de la jerarquía de dicha práctica para el conocimiento de la historia, del arte, de la vida republicana, le permitieron trabajar el tema.

Desde el inicio decidió ir contra la norma y colocar una lupa en la producción caricatural de la República, praxis, que había gozado de notoriedad antes de 1959, con un salón de humoristas fundado en 1921, comentarios de Jorge Mañách, J Texidor, Juan David et al, de periodistas nacionales, con un espacio en el Museo Nacional que le rendía homenaje al que se consideraba el primer caricaturista de la república con la Sala Torriente, además de concursos, premiaciones y demás acciones  que reconocían la producción de la caricatura. No obstante, en los años sesenta no se le consideraba arte; tal vez esa producción con una mirada condescendiente se admitía que hacía reír… pero no era la pintura. Esta ocupó como tendencia, el canon de difusión, estimativo y de la crítica.  

He aquí la piedra angular de un estudio, que respetó el acumulado de la caricatura y se propuso a través de figuras particulares mostrar los hitos de un proceso que partió de Torriente, con el Liborio como el personaje, pasó al Bobo de Abela y al Loquito de Nuez, quiere decir que tomó tres momentos, tres horizontes y colocó en superficie, cinco aspectos significativos:

  • La actualidad nacional, los soportes de esa actualidad lo que la “gente” leía y miraba
  • La caricatura como antena de la opinión pública, por lo cual iban de la mano, entre otros aspectos la política y la politiquería, las necesidades y demandas del pueblo, las elecciones, en fin, las preocupaciones sociales de la población.
  • El ofrecer a los lingüistas giros populares, un vocabulario, o los enunciados semánticos para acciones y personajes.
  • La batalla entre las dos orillas, Cuba EEUU
  • Los hitos de la crisis republicana, Machado y Barista

Con la indagación la autora revelaba e hilvanaba nuevos bordes de la historia. Esto la llevó a mirar la República desde esa praxis, con una postura post moderna se situó en los márgenes de lo aurático. No le interesó el análisis de la producción caricatural en los Salones de Humorismo, pues en estos las obras se colgaban a la manera de la pintura y se rodeaban de cierta áura, participaban de la demanda social y de la comercialización.  Se interesó en el carácter reproductivo de la práctica, le interesaba lo serializado, lo que circulaba en un soporte multimodal denominado prensa, lo que dialogaba con la opinión pública, hoy retomada desde el periodismo participativo.

 Este observatorio le posibilitó colocar en el centro de gravitación:

  • Una praxis
  • Mostrar y demostrar su alcance real, qué se decía y cómo se decía
  •  Exponer tres momentos de la Republica, a través de: los horizontes, los artistas y los discursos.
  • Conformar un texto Caricatura de la República, que tiene como enunciado un juego interpretativo,
  • Con este texto llega la caricatura al espacio académico y se comenzó a impartir como asignatura, con lo cual se legitimaba una praxis y una historia.

El abordaje realizado por Adelaida resultó revelador y un estudiante de Periodismo poco tiempo después se propuso realizar una indagación sobre Juan David, aparecía un interés por el tema.

 Es cierto que hay repertorios anteriores sobre la caricatura, Adelaida no es la primera, pero lo existente, como tendencia, está más en el rango de las compilaciones visuales. El acercamiento   de Gay Galbó sobre el Bobo de Abela, aparece referenciado en el libro fuente que la autora apreció pues contribuía a entender cómo se recepcionó dicha producción en otro horizonte.

Mas Adelaida es inaugural al proponerse un estudio desde la Academia, al tratar una temática más oída y hablada que estudiada y mucho menos de tomar diversos tiempos y concatenarlos y ofrecer al lector esa posibilidad de analizar, comparar, valorar: creadores, tipologías y contextos. Aunó lo panorámico y lo monográfico.

Después de publicado el texto la Dra. continuó como tutora de alumnos interesado en el tema y abrió nuevas aristas, otros creadores, como el acercamiento a Rafael Blanco pero no se quedó en la República tutoreó una indagación sobre Garrincha y Jerez caricaturistas jóvenes más contemporáneos. Aquí está la investigadora que continúa su camino a través de los estudiantes en quienes se hace presente y le otorgan no solo continuidad sino nuevos alcances al tema.

Su libro ha incitado al descubrimiento de figuras del horizonte republicano que también fueron caricaturistas y si bien gozaron de una determinada notoriedad posteriormente por diversas razones no han tenido trascendencia. Ahora los estudiantes desde sus miradas y perspectivas, en el horizonte del siglo XXI desean poner en superficie otros actores y a la manera de Adelaida ir contra la norma, se aprestan a estudiar a los no estudiados, a los relegados, a los silenciados, unos por el poco interés de los receptores informados otros por razones de carácter político. Los que han apostado por la caricatura desean continuar la labor indagatoria de la Dra. sobre la producción republicana colocando a los nuevos actores al lado de los que ella mostró como paradigmas.

 Así se ha conformado un elenco, entre finales de los años veinte y los treinta con Maribona, y sus retratados, Hurtado de Mendoza con su perro Mabuya, Hernández Cárdenas en las revistas de izquierda, prolongados en los años 40 y 50 por Roseñada desde Carteles y el Diario de la Marina y Silvio  Fontanilla en Bohemia.

 Con estos nuevos acercamientos se aprecian algunas de las constantes aportadas por Adelaida

  • La novedad discursiva
  • Los símbolos,
  • Los personajes
  •  Los diálogos
  • La relación entre caricatura política y opinión pública

Cada uno de los autores diplomantes en sus análisis de tesis refiere a Adelaida y su obra por el valor metodológico. Cuando el interés por el tema comenzó el libro Caricatura de la República era un referente, tiempo después resultó de referencia, al mostrar una determinada organización de la producción, entendido según los estándares internacionales como aquello que reflexiona sobre una determinada temática. Todos los alumnos la reclaman como referencial pero hoy día, a más de cuarenta años de su edición y la continuidad de los estudios, podría reconocerse como un clásico.

El término clásico remite a obras que ostentan valores tanto éticos como estéticos que trascienden su propia época y que, por ende, tienen un carácter paradigmático, y designan también el período histórico en el cual fueron creadas. Gadamer destaca especialmente este último rasgo en su definición del texto eminente en cuanto «configuración consistente, autónoma, que requiere ser continuamente releída, aunque siempre haya sido ya antes comprendida» (1998: 101).

¿Tiene vigencia el libro de Adelaida hoy día? Desde la mirada de insertar a los caricaturistas unidos a la opinión pública tiene una gran actualidad por las tangencialidades con el periodismo participativo, una variante de la opinión pública, por ello se ha recolocado en el tablero político y cultural.  Hoy día hay programas televisivos de tele sur como En Clave mediática   que culmina la información con la caricatura del día. La prensa mundial continúa con la caricatura, con el humorismo gráfico, como elemento de diálogo desde las secciones que presenta y el público lector. Lamentablemente ¿ya no hay entre nosotros humorismo grafico una caricatura o caricaturistas que conduzcan y o expresen la opinión pública?, no igual a los estudiados por la Dra. pues estamos en horizontes diferentes, pero los símbolos que ella colocó en superficie y valoró ofrecen   lecciones sobre el diarismo y los conceptos de sus particulares presentes, con énfasis en la noción de actualidad.

Hay personajes que quedaron larvados y que los contextos no propiciaron su continuidad. Los alumnos me han preguntado ¿Liborio late en Pánfilo o Pánfilo es Liborio?  ¿Cómo se ha comportado este personaje cómo lo analiza la Dra. cómo devino Liborito y lo han estudiado los diplomantes? ¿Le estamos dejando el espacio a Facebook?  ¿O los memes nos tomaron la delantera por no tener un espacio diario que hable en términos de actualidad y vanguardia?  no importa si ese espacio es físico o digital `pero que exista, no obstante, la prensa aún entre nosotros es importante el mayor por ciento de la población no tiene acceso a los medios electrónicos.

Adelaida lo asienta con claridad la caricatura es antena de su época, ha sido hecha para ser vista, leída en su tiempo, actúa como cronista de los acontecimientos, reflexión que nos lleva a recordar que un clásico siempre conversa con otras temporalidades y en este caso nos habla de pasado de presente y de futuro.

Por ello sería deseable como homenaje a la Dra. dejar algo más perdurable y que pusiera de manifiesto el respeto y la continuidad de los estudiantes sobre los temas abiertos por ella.  Pensar en la posibilidad de una publicación o libro electrónico que recogiera los aspectos más relevantes de las tesis y que se reverencie su presencia y continuidad a través del conocimiento de ese arte, que de menor y marginal ella colocó en la centralidad, recogido hoy en su libro La Caricatura de la República que indiscutiblemente es un clásico.

Muchas gracias.

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