Por: Amanda Echevarría Silva

Para continuar profundizando los conocimientos acerca de las experiencias ecológicas que tienen lugar en el espacio físico y simbólico del Caribe, posibilidad que se ha impulsado en los distintos espacios del IX Coloquio Internacional La diversidad cultural en el Caribe, se pudo disfrutar en la sala Manuel Galich, de forma virtual, la conferencia magistral del investigador cubano Reinaldo Funes, con el título El Gran Caribe: ecologías compartidas e historias ambientales comunes, tema que forma parte de su trabajo académico, en el que desarrolla el proyecto de reconstruir una historia ambiental de la región.
A partir de un recorrido por las distintas definiciones y paradigmas de investigación desde los que se ha entendido el Caribe, el conferencista se aproximó al tema a través del enfoque geográfico y medioambiental. Funes se refirió a la necesidad de pensarnos como región a partir de las similitudes existentes entre las islas antillanas, la zona del Golfo y el área continental, cuyas fronteras marítimas coexisten en el mar caribeño. Más allá de la historia común signada por el pasado colonial plantacionista y los actuales desafíos impuestos por el neoliberalismo, temas como los ecosistemas, la biodiversidad marina, así como la fauna y flora , comparten semejanzas en los distintos entornos caribeños. De esta manera, construir la historia medioambiental se hace necesario para conformar y renovar la idea del Gran Caribe en los imaginarios convencionales de la historiografía y la literatura.

La jornada también incluyó la realización del panel Ecopoéticas en los discursos literarios del Caribe, que acogió, entre otras, la investigación Zone caraibe, zone ecologique: penser les humanités ecologiques depuis l´archipel de Victoria Klein (Universidad de Montreal, Canadá), ponencia en la que su autora ahonda en las perspectivas del Caribe como espacio de desarrollo para un pensamiento decolonial y eco-crítico. En este sentido, la investigadora destacó la necesidad de un compromiso ético para aprehender conceptos desde los cuales construir una crítica ecologista en el Caribe. Es importante, apuntó, evaluar las connotaciones de nuestras fronteras, no como cartografías dispuestas a las estrategias coloniales, si no como espacios que traspasar para comprender nuestra identidad y la de otros, a partir de la conciencia del vínculo que compartimos.


Si bien la literatura fue mayormente abordada durante el panel, un espacio singular para el análisis de las artes visuales en el contexto caribeño, fue la conferencia ofrecida por Maria Cristina Fumagalli, académica de la Universidad de Essex en el Reino Unido, en la que ofrece un acercamiento a la obra del poeta y pintor santalucense Derek Alton Walcott (1930-2017), desde la variedad de las representaciones de los entornos caribeños, particularmente los paisajes costeros y rurales. Al remontarse a la obra de autores como Camille Pissarro (1830-1903) advirtió las diferencias ideoestéticas en el imaginario artístico de la región. Mientras que obras como Four seasons del pintor franco-danés evidenciaban la ausencia de elementos históricos y priorizaban la diversidad climática caribeña, Derek Walcott propone en su trayectoria lírica y pictórica, un vínculo tangible entre el individuo y los entornos ecológicos que habita.

Igualmente, un momento de gran interés fue la conferencia y el posterior debate propiciado por Ysabel Muñoz, investigadora cubana que actualmente cursa su doctorado en la Universidad Tecnológica del Sudeste de Noruega. Atraída por la ciencia ficción y los discursos que dialogan con las proyecciones e imaginarios del futuro, Muñoz se pregunta cuáles son los cuerpos viables y cuáles los que van a sufrir o a tener representatividad según dichas narrativas. Su ponencia Islas en transición. Reimaginando futuros caribeños a través de narrativas ecofeministas abordó la obra de las autoras Ada Maricia Patterson (Barbados) y Rita Indiana (República Dominicana), quienes, también, advierten una mirada queer y trans-ecológica a las problemáticas medioambientales y los posibles futuros individuales y de la región.
“La ficción climática caribeña está colocando mucho más énfasis en las posibilidades de pensar a través de cuerpos queer y trans, prometiendo así abrir nuevas posibilidades dentro del campo emergente de la transecología” manifestó Muñoz.